The Sun Bowl Stadium at the University of Texas at El Paso was on fire—and not just from the scorching heat. It was alive with the warmth and energy of thousands of fans who gathered to experience the most anticipated concert of the year. On June 13, El Paso witnessed a truly historic moment as the British band Coldplay performed in the city for the very first time. The show was part of their acclaimed Music of the Spheres world tour.
Border Heritage attended the first of two concerts, both marking the band’s long-awaited debut in the border city. Despite temperatures soaring above 40°C (104°F), the crowd’s excitement never faltered. Under a cloudless sky, fans proved that great music could outshine even the most intense heat.
Braving the Heat for Music
From as early as noon, fans began arriving at the venue. Many came prepared with hats, sunscreen, sunglasses, and reusable water bottles. Although organizers had issued heat warnings, lines quickly formed outside the stadium. The mood was festive, filled with eager anticipation and shared excitement.
As evening approached, the temperature began to dip slightly, bringing a sense of relief. Then, at exactly 9 p.m., the stadium erupted as the opening notes of “Higher Power” echoed through the night. What followed was not just a concert, but a breathtaking, multisensory experience. Lights flashed, visuals dazzled, and color-changing wristbands lit up the audience. Throughout the show, Coldplay emphasized messages of sustainability, unity, and hope.
Lights, Lyrics, and Lasting Impact
The band performed a powerful mix of their greatest hits, including “Yellow,” “Clocks,” “Viva la Vida,” “Fix You,” and “A Sky Full of Stars.” A special moment came when they performed “We Pray” alongside Elyanna and Willow Smith. Every song struck a chord, and every fan seemed to sing along in perfect harmony.
Chris Martin and his bandmates—Guy Berryman, Jonny Buckland, and Will Champion—offered more than just a setlist. They delivered an emotional, uplifting experience. Chris addressed the crowd in Spanish several times, earning cheers for his warmth and humility. Fireworks lit up the sky, and the stadium pulsed with joy. It was a celebration of connection, both musical and human.
Not An Ordinary Concert
Coldplay’s visit left a lasting mark on El Paso, both emotionally and economically. Thousands of fans traveled to the city specifically for the event, boosting local businesses and tourism. In a heartfelt gesture, Mayor Renard Johnson presented the band with the key to the city, honoring them as distinguished guests of the Borderland.
In the end, it was more than a performance—it was a moment of collective joy. Coldplay reminded everyone that music still has the power to unite, heal, and inspire. On that unforgettable night, the entire stadium became one voice, one heart, and one light.
El Estadio Sun Bowl de la Universidad de Texas en El Paso estaba en llamas, y no solo por el calor sofocante. La verdadera calidez venía de los miles de fanáticos que se reunieron para vivir el concierto más esperado del año. El 13 de junio, El Paso fue testigo de un momento verdaderamente histórico: la banda británica Coldplay se presentó por primera vez en la ciudad, como parte de su aclamada gira mundial Music of the Spheres.
Border Heritage asistió al primero de los dos conciertos que marcaron el debut de la banda en esta ciudad fronteriza. A pesar de las temperaturas que superaban los 40 °C, el entusiasmo del público nunca disminuyó. Bajo un cielo despejado, los fans demostraron que la buena música puede superar incluso el calor más extremo.
Desafiando el calor por la música
Desde el mediodía, los fanáticos comenzaron a llegar al recinto. Muchos venían preparados con sombreros, protector solar, gafas de sol y botellas de agua reutilizables. Aunque los organizadores habían emitido advertencias por el calor, las filas comenzaron a formarse desde temprano. El ambiente era festivo, lleno de anticipación y alegría compartida.
Al caer la tarde, la temperatura bajó ligeramente, lo que trajo algo de alivio. Entonces, exactamente a las 9 p.m., el estadio estalló en luces y aplausos cuando comenzaron los primeros acordes de “Higher Power”. Lo que siguió fue mucho más que un concierto: fue una experiencia multisensorial. Las pulseras de colores se encendían al ritmo de cada canción, los visuales deslumbraban y los mensajes sobre sostenibilidad, conexión humana y esperanza emocionaron a todos.
Luces, letras e impacto duradero
La banda ofreció una poderosa mezcla de sus éxitos más queridos: “Yellow”, “Clocks”, “Viva la Vida”, “Fix You” y “A Sky Full of Stars”. Uno de los momentos más especiales llegó con “We Pray”, interpretada junto a Elyanna y Willow Smith. Cada canción conectó con el público, que cantó al unísono durante toda la noche.
Chris Martin, acompañado por Guy Berryman, Jonny Buckland y Will Champion, ofrecieron mucho más que música. Brindaron una experiencia emocional y esperanzadora. Chris se dirigió al público en español en varias ocasiones, lo que provocó ovaciones y aplausos por su calidez y humildad. Los fuegos artificiales iluminaron el cielo y el estadio vibraba con pura alegría. Fue una verdadera celebración de unidad y emoción colectiva.
Un concierto extraordinario
La visita de Coldplay dejó una huella profunda en El Paso, tanto emocional como económicamente. Miles de fans viajaron exclusivamente para asistir al evento, lo que representó un impulso positivo para el comercio local y el turismo. En un gesto simbólico, el alcalde Renard Johnson entregó a la banda la llave de la ciudad, reconociéndolos como huéspedes distinguidos de la región fronteriza.
Al final, fue más que un espectáculo: fue un momento de alegría compartida. Coldplay nos recordó que la música aún tiene el poder de unirnos, de sanar y de inspirar. En esa noche inolvidable, todo el estadio se convirtió en una sola voz, un solo corazón y una sola luz.